Ben Affleck navega otra vez aguas difíciles. Tras una recaída en su adicción al alcohol, ingresó a un centro de rehabilitación. Es la tercera vez que el actor de Hollywood, de 46 años, acude a este tipo de ayuda profesional.
«Está buscando tratamiento. Sabía que necesitaba ayuda y fue muy abierto al respecto», confirmó una fuente a la revista People.
La internación de Affleck llegó después de que su ex Jennifer Garner fuera fotografiada en la casa del actor en Brentwood, California. Cuando abandonó la residencia, se la vio con un gesto de preocupación. Al rato regresó con otra mujer -sería su abogada- y algunos testigos vieron que llevaba una Biblia. Se cree que juntas orquestaron una «intervención» para que Affleck tomara la decisión de internarse.
Horas después, los tres salieron de la mansión en un auto, camino al centro de rehabilitación, y a él se lo vio conmocionado.
Dos días antes, el intérprete había sido pescado por fotógrafos in fraganti mientras recibía un delivery de alcohol en su casa. También fue noticia su incipiente romance con una joven modelo de Playboy, Shauna Sexton, de 22 años, que declaró en la revista que su bebida preferida era el whisky y que pasaba todo el día tomando.
Según People, Affleck eligió The Canyon, un exclusivo centro de tratamiento ubicado en Malibú, una ciudad costera a 46 kilómetros de Los Ángeles, que suele ser muy visitado por celebrities de Hollywood en problemas. Su estadía sería «prolongada».
Affleck y Garner están separados desde 2015, pero todavía no finalizaron los papeles de su divorcio. Tienen tres hijos en común: Violet, 12, Seraphina, nueve y Samuel, seis.
