Santa Rosa de Copán. Viernes 19 de julio de 2024. – En un acto de fe y devoción, los agentes de la Unidad Departamental de Policía Nº4, con sede en Santa Rosa de Copán, se encomiendan al Señor cada día antes de salir a las calles para cumplir con su deber.
Estos valientes uniformados, lejos de la imagen negativa que algunos les atribuyen, demuestran su profundo temor de Dios y su compromiso inquebrantable con la seguridad de la población.
Entre ellos se destaca el agente de Policía Gustavo Cortéz, asignado a la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT).
Gustavo, conocido por su amor y devoción al Señor, se ha convertido en un ejemplo de entrega y fe para sus compañeros: «Mi fe en Dios me da la fuerza y el valor para proteger y servir a mi comunidad», afirma Cortéz con una sonrisa serena.
No es un secreto que la labor policial está cargada de sacrificios y muchos agentes, como Gustavo Cortéz, dejan atrás a sus familias en otros departamentos para dedicarse de lleno a su trabajo, velando por la seguridad de los ciudadanos.
Este sacrificio no es sencillo y requiere una fortaleza que encuentran en su fe y en el apoyo de sus seres queridos.
La vida de un policía no es fácil: no cualquiera está dispuesto a enfrentar el peligro, a abandonar el calor del hogar y a asumir la responsabilidad de cuidar a los demás.
Estos hombres y mujeres, con su uniforme y su fe, salen cada día con la esperanza de hacer de Santa Rosa de Copán un lugar más seguro.
«Nosotros no solo somos policías; somos personas con fe, con familias, con sueños. Y nuestra mayor aspiración es cumplir con nuestro deber mientras nos mantenemos firmes en nuestra fe», declara Gustavo Cortéz, reflejando la devoción y el compromiso que caracteriza a los agentes de la Unidad Departamental de Policía Nº4.
Este grupo de valientes hombres y mujeres nos recuerda que, detrás del uniforme, hay corazones que laten con amor por Dios y por la comunidad.
En cada patrulla, en cada operativo, llevan consigo la esperanza y la oración de regresar sanos y salvos a sus hogares, sabiendo que su trabajo es fundamental para el bienestar de todos.
En medio de las críticas, es vital reconocer y agradecer el esfuerzo y la dedicación de estos agentes que, día tras día, demuestran que su servicio no solo es un trabajo, sino una verdadera vocación marcada por la fe y el amor al prójimo.