Tegucigalpa: La Secretaría de Estado en los Despachos de Gestión de Riesgos y
Contingencias Nacionales (COPECO), a través del Centro de Estudios Atmosféricos
Oceanográficos y Sísmicos (CENAOS), informa a la población hondureña que, de
acuerdo a la última actualización de ubicación, el ojo del Huracán Beryl, se encuentra
aproximadamente a 860 kilómetros (km), al este-noreste del Cabo de Gracias a Dios,
Honduras, y a 200 km al sureste de la ciudad de Kingston, Jamaica.
Beryl ha continuado disminuyendo sus vientos máximos sostenidos y ahora son de 230
km por hora, pero sigue siendo de categoría 4 en la escala Saffir Simpson, también ha
disminuido levemente su velocidad de desplazamiento a 31 km/h, siempre en
dirección oeste-noroeste.
Se espera que hoy a medianoche se degrade a categoría 3 al oeste de Jamaica y
mañana al mediodía se degradaría a categoría 2 al suroeste de Islas Caimán, mientras
que, el viernes en horas de la mañana Beryl se ubicaría sobre la península de Yucatán
en México, continuando su degradación a tormenta tropical. En base a los análisis que
hemos realizado, se considera que el meteoro no representa una amenaza de alto
riesgo para el país, por lo que la Alerta Verde declarada en el territorio nacional, es
para que la población continúe con el monitoreo del fenómeno y la puesta en práctica
de las medidas preventivas.
El Huracán, iniciaría su influencia sobre el territorio nacional desde el mediodía de
mañana jueves, con precipitaciones moderadas a fuertes con tormentas eléctricas en
El Paraíso, Choluteca, Valle, La Paz, el sur de Francisco Morazán y áreas de Olancho y
Gracias a Dios, sobre los demás departamentos se esperan precipitaciones débiles a
moderadas, las lluvias se extenderían hasta el viernes.
Se advierte de alto oleaje en el litoral Caribe, el miércoles de 3 a 7 pies en los bancos de
pesca de Gracias a Dios, el jueves de 3 a 7 pies en Islas de la Bahía y de 2 a 6 pies en Islas
de la Bahía y el Golfo de Honduras, donde la Dirección General de la Marina Mercante
ya activó los protocolos de alerta en las capitanías de puerto con la restricción de la
salida de embarcaciones que se dirigen a faenar a los bancos de pesca en el océano
Atlántico.