La situación es trágica. Más de mil desalojados y aproximadamente un centenar de viviendas devoradas por la lava es el balance provisional al mediodía de este lunes hora de España.
Mariano Hernández, presidente del Cabildo de la isla, ha explicado que la situación «es desoladora» porque «una colada de lava con una altura media de 6 metros se come literalmente viviendas, infraestructuras, cultivos que va encontrando a su camino hacia la costa del valle de Aridane».
El avance durante la madrugada ha sido letal, con una velocidad de unos 700 metros por hora, y este lunes ya llegará a la costa, llevándose todo de por medio.
La Unidad Militar de Emergencias trabaja desde el terreno, con todo tipo de recursos. A lo largo de la jornada llegarán más hidroaviones para evitar posibles incendios en zonas habitadas.
La Cruz Roja, que está ayudando mucho en la crisis, califica la situación de verdadera catástrofe.