Ucrania espera lograr allí una «señal clara» de que algún día podrá unirse a la Alianza Atlántica, en palabras de su presidente, Volodímir Zelenski.
Pero tanto él como Biden aceptaron que esto no ocurrirá mientras dure la invasión rusa, iniciada en febrero de 2022.
«Estaríamos en guerra con Rusia si ese fuera el caso», afirmó Biden a su llegada a Londres, y recordó que según las reglas de la alianza militar sus miembros deben intervenir si uno de ellos es atacado.
Tras Lituania, el presidente estadounidense viajará a Finlandia, país fronterizo con Rusia que ingresó en la OTAN el pasado 4 de abril.
Biden, que ve esta expansión de la alianza militar hacia el noreste como un revés estratégico para Moscú, quiere vencer las últimas reticencias de sus miembros a la adhesión de otro país escandinavo, Suecia.
Después de su encuentro con Sunak, Biden es recibido por Carlos III en el Castillo de Windsor, residencia real a unos 40 kilómetros al oeste de Londres, para hablar de las cuestiones medioambientales y climáticas que preocupan al rey británico.
Se trata de la primera reunión entre ambos desde que el monarca de 74 años fue coronado en mayo, durante una ceremonia en presencia de decenas de jefes de Estados la que el presidente estadounidense no asistió.