Los cambios bruscos de temperatura, que van normalmente de la mano con los cambios de estación, hacen que nuestro cuerpo se vuelva más vulnerable a las infecciones y virus porque debe adaptarse a esta alteración climática. Este proceso incide también en nuestro sistema inmunológico, especialmente en el sistema respiratorio.
Por consiguiente, por este tipo de variación en el clima las enfermedades respiratorias se activan, afectando zonas altas como la nariz, faringe, prenasales y laringe; y las bajas, como la tráquea, los bronquios, los pulmones y desencadenas una serie de enfermedades alérgicas como, por ejemplo: las rinitis alérgicas y el asma, entre otras.
En consecuencia, las más afectadas son las personas de la tercera edad y con compromisos inmunológicos, niños pequeños, personas que viven en un estado de hacinamiento o en condiciones de higiene que no son óptimas, esto empeora el cuadro de la enfermedad.
“Para reforzar el sistema inmunológico y así evitar este tipo de infecciones se recomienda mantener una alimentación balanceada con una buena ingesta de frutas y verduras, tomar vitaminas C y D, algunos cítricos y sobre todo vacunarse contra el COVID-19 y la influenza”, puntualizó el otorrinolaringólogo Alejandro Carías.
Es muy importante mantenernos alejados de aglomeraciones y utilizar la mascarilla en lugares encerrados y con poca ventilación, recordemos que nuestra salud es muy importante y es nuestra obligación cuidar de ella.
