Los últimos roces entre estadounidenses y chinos en el mar de la China Meridional son una muestra más de la rivalidad política y económica entre ambas partes y dan la impresión de que Pekín ha arrebatado a Moscú Rusia el estatus de máximo villano para Washington.
El pasado 1 de octubre, el buque estadounidense USS Decatur casi colisionó con un destructor chino que lo iba a escoltar, pero las maniobras navales en esa zona disputada solo son uno de los elementos de la gran rivalidad entre estados Unidos y China.
En el frente económico, el Gobierno de Donald Trump ha aplicado aranceles a productos chinos por valor de 260.000 millones de dólares y amenaza con sancionar prácticamente todas las exportaciones de China a EE.UU.