La compañía surcoreana Samsung presentó finalmente el Galaxy S10, su más reciente modelo, durante un evento celebrado en la tarde de este miércoles en San Francisco (California, EE.UU.) y con el cual se conmemoró la década transcurrida desde el lanzamiento inicial de esta serie de teléfonos inteligentes.
Tras varios meses de filtraciones de imágenes del Galaxy S10 y numerosos rumores con respecto a sus prestaciones, Samsung lo dio a conocer en detalle y, como era de esperar, abrió con él la exhibición.
El nuevo modelo, que costará 849 dólares y tiene una pantalla de 6,3 pulgadas, se comercializará en dos gamas: una con una memoria RAM de 12 GB y una interna de 1 TB, y otra con RAM de 8 GB y memoria integrada de 128 GB. En cuanto a su batería, es un 25 % más duradera que la del Galaxy S9, mientras que su cargador inalámbrico es un 36 % más rápido que los normales. Además, puede funcionar como punto de carga inalámbrico para otros dispositivos.
En su pantalla, el Galaxy S10 incorpora el primer escáner ultrasónico de huella dactilar, hecho que —aseguran— ayuda a reducir los fallos del sistema, incluso bajo condiciones climatológicas adversas. Y otra de sus ventajas es que posee un sistema de seguridad más avanzado, que disminuye el riesgo de falsificación de las huellas del propietario.
