Benedicto XVI, el papa emérito, un erudito silencioso de intelecto firme que pasó gran parte de su vida haciendo cumplir la doctrina de la Iglesia y defendiendo la tradición antes de conmocionar al mundo católico romano al convertirse en el primer papa en seis siglos en renunciar, murió el sábado. Tenía 95 años.
La muerte de Benedicto fue anunciada por el Vaticano. No se mencionó la causa. La semana pasada, el Vaticano comentó que la salud de Benedicto XVI había empeorado “debido al avance de la edad”.
El miércoles, el papa Francisco pidió a los presentes en su audiencia semanal en el Vaticano que oraran por Benedicto XVI, quien, dijo, estaba “muy enfermo”. Más tarde lo visitó en el monasterio en los terrenos de Ciudad del Vaticano donde Benedicto había vivido desde que anunció su renuncia en febrero de 2013.