El rey español Felipe VI encabezó hoy una ceremonia en Barcelona para rendir tributo a las dieciséis personas asesinadas en los atentados de hace un año, una conmemoración que pretendía demostrar armonía en medio de una disputa sobre el independentismo catalán.
El 17 de agosto de 2017, un hombre se subió con su camioneta a la Rambla, el bulevar peatonal de Barcelona, y mató a trece personas. Otra persona falleció después cuando el conductor se dio a la fuga y después hubo otro ataque en una zona turística cercana, Cambrils, con dos muertos más. En total hubo un centenar de heridos.
En el evento de este viernes hubo una ceremonia para poner flores en el mosaico diseñado por Joan Miró donde se detuvo la camioneta en el primer ataque. Ahí ocho jóvenes, cada uno en representación de una región española, leyeron el trabajo del poeta y clérigo inglés John Donne “Devociones sobre situaciones inesperadas” en los ocho idiomas utilizados por las víctimas. Varios funcionarios —entre ellos la reina Letizia, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y el president catalán Quim Torra— estuvieron presentes. Felipe inclinó su cabeza en muestra de respeto a varias de las personas reunidas que resultaron heridas hace un año, así como a sus familiares.
