‘Los niños no pueden esperar otra declaración de hambre para que tomemos medidas’, afirmó el director de Emergencias del Fondo, Manuel Fontaine, en un comunicado en el que solicitó ayuda para responder a las necesidades inmediatas de los cuatro países afectados por el hambre, la sequía y los conflictos armados.
‘Aprendimos de Somalia en (la sequía de) 2011 que cuando se declaró la hambruna, un número incalculable de niños ya habían muerto. Eso no puede volver a suceder’, dijo el funcionario.
Esa agencia de la ONU necesitará unos 255 millones de dólares para proporcionar alimentación, agua, atención médica, educación y seguridad durante los próximos meses a esos menores de edad, según una actualización de los requerimientos financieros.
Unicef previó destinar más de 81 millones de dólares a programas de nutrición y suministro de víveres terapéuticos; 53 millones a la asistencia de salud, incluidas las vacunas, y 47 a programas de agua, saneamiento e higiene para prevenir enfermedades mortales, expusieron medios de prensa.
‘A medida que la violencia, el hambre y la sed fuerzan a la gente a moverse dentro y fuera de las fronteras, las tasas de desnutrición seguirán aumentando no sólo en estos cuatro países, sino también en la cuenca del lago Chad y el Cuerno de África’, destacó el mensaje.
En el caso de Yemen, este país vive la mayor emergencia alimentaria del mundo, con unos 7,3 millones de personas necesitados de ayuda en estos instantes, según la ONU.