El Gobierno de México calló tras los disparos de balas de goma y gases lacrimógenos por parte de agentes de EE.UU. contra migrantes centroamericanos en suelo mexicano.
Una situación que desató una ola de críticas ante el silencio del gobierno del presidente saliente Enrique Peña Nieto, y encendió una polémica sobre la violación de la soberanía mexicana
Los hechos
El pasado domingo 25 de noviembre, la Patrulla Fronteriza de EE.UU. repelió a los migrantes con gases lacrimógenos y «bombas de aturdimiento» mientras todavía permanecían del lado mexicano.
La actuación de los agentes estadounidenses ocurrió cuando alrededor de 500 personas integrantes de la caravana migrante intentaron cruzar la frontera desde México hacia EE.UU., que estaba custodiada por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Así lo evidencian una serie de videos y reportes de periodistas que cubrieron el incidente en la zona fronteriza de Tijuana, México.
Sin embargo, Gerardo García, comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM) de México negó que los migrantes estuvieran en territorio mexicano al momento del choque, según declaró a medios mexicanos.
Pasividad y críticas
La actuación de la Patrulla Fronteriza no generó reacciones por parte del Gobierno de México. Hasta el momento la Secretaría de Relaciones Exteriores no ha emitido ningún pronunciamiento al respecto.
El silencio oficial del Ejecutivo mexicano provocó críticas en redes, que consideraron pasiva la actitud de los gobernantes ante un hecho que, según algunas opiniones, hubiese detonado una crisis diplomática en otros países.