Falleció esta madrugada del jueves la poeta hondureña Juana Pavón, quien en los círculos sociales era mas conocida como “Juana La Loca”.
En sus últimos días libró una lucha contra el cáncer.
Un día triste para la poesía hondureña, fallece la gran Juana Pavón, que inmortalizó sus versos con “Nosotras, esas sujetos”, tan actual y vigente como nunca. Irreverente ante el poder, desnudó la míseria humana. Una gran poetisa, que en paz descanse nuestra Juana “la loca”.
«La Loca» que enamoró a muchos hondureños con sus escritos peculiares, perdió la batalla contra el cáncer a las 2 de la madruga de este día.
La poetiza denunciaba las injusticias de género que se comenten a diario en Honduras.
Entre sus obras más reconocidas se encuentran: Nosotras esas sujetos, Tegucigalpa, Deseos Irreverentes, Exactas, Morir de Risa, De una vez por Todas y Maldad y Locura.
Sus restos serán velados desde hoy a las 11 de la mañana en el auditorio principal de la UNAH en donde será acompañada por sus amigos más cercanos y los círculos literarios de Honduras.
A continuación un poema de Juanita
Tegucigalpa
Tegucigalpa de barro y humo
fauna humana enloquecida
Tegucigalpa sin canteras
de misteriosas callejas
y de balcones sin flores
puentes de ida y vuelta
al más allá de lo inevitable
con sus remedos de ríos
que apenas ruedan al mar
Tegucigalpa marginada y rota
Tegucigalpa de privilegios
contraste de mis contrastes
depósito de miseria y lágrimas
arrastrando mi tristeza
en esas calles ya conocidas
mil y mil veces recorridas
capital de la ignominia
de la estúpida política
capital de mis enredos
del amor y el desamor
Tegucigalpa conmigo
Tegucigalpa contigo
ciudad mía pero ajena
ciudad de nadie pero amada
dejaste cicatrices
en un cuerpo otrora hermoso
otrora limpio
ahora viejo
cuando te adopté conmigo
fue tu prioridad
atrapar mis pies vagabundos
cortar mis alas
y transformar mi vivir intenso
en esta loca sedentaria
sola solita sola
pero no cortaste mis manos
para escribirte
para cantarte
Tegucigalpa de noche y día
cómo me dueles toda
mi canto
eterno lamento
por esas horas
sola y perdida
¡ay! Tegucigalpa de mis amores
de mis sueños
de mis ideales y penas
de los estancos unidos
de la siempre ciudad mía
Tegucigalpa
implacable conmigo
sin respetar ni perdonar mi juventud
envejeces pero aquí conmigo
aquí loca y leal
cloaca testigo de mis tragedias
así sucia o limpia
bonita o fea
grande o pequeña
me iluminas
aunque tenga tristes mis días
y yo aquí amándote
odiándote
emborrachándome
pelear con todos
vivir aquí me obliga a algo
a vociferar llorando
a amar odiando
a subsistir
¡ay Tegucigalpa de mis amores!