El fiscal general estadounidense, Jeff Sessions, anunció el lunes que el Departamento de Justicia (DOJ) comenzará a procesar penalmente a todos los inmigrantes indocumentados que entren a Estados Unidos por la frontera, un endurecimiento en sus políticas que se espera se centre principalmente en quienes viajan con niños, reportó The Washington Post.
En un discurso ofrecido a oficiales del cumplimiento de la ley en Scottsdale, Arizona, Sessions indicó que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) comenzará a referir esos casos al DOJ y que los fiscales federales comenzarán a “tomar cuantos de esos casos sea humanamente posible hasta que procesemos el cien por ciento”, reportó el periódico.
“Si cruzas la frontera ilegalmente, entonces te vamos a encausar”, dijo Sessions, según la transcripción de sus declaraciones. “Si traficas con personas por la frontera, te procesaremos. Si estás tratando de entrar con un niño, entonces te encausaremos y el menor será separado de ti como lo requiere la ley”.
“Si no te gusta, entonces no traigas niños por la frontera”, agregó Sessions.
Altos funcionarios de inmigración habían urgido a la secretaria de seguridad nacional, Kirstjen Nielsen que procesara penalmente a todos los padres que fueran capturados tratando de ingresar ilegalmente por la frontera con México junto a sus hijos, lo que podría separar a miles de familias.
En la actualidad, la mayoría de inmigrantes detenidos junto a sus hijos cuando cruzan la frontera son liberados rápidamente para que esperen en libertad por sus procesos civiles de deportación.
La semana pasada, el Departamento de Justicia anunció que enviaría a más fiscales y jueces migratorios a la frontera para procesar un incremento en los casos en la región, reportó el periódico.
“No vamos a dejar que esté país se vea abrumado”, dijo la semana pasada Sessions a reporteros. “La gente no va a llegar en caravanas o en estampida a nuestra frontera”.
El anunció llegó tres días después de que decenas de inmigrantes de Honduras, Guatemala y El Salvador llegaran a la frontera en Tijuana, México, luego de viajar en caravana para pedir asilo político en Estados Unidos.