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    Historia del exjugador de la Sub-17 de Honduras detenido en Estados Unidos que huyó para salvar su vida

    El sitio web mundohispanico.com, dedicado a tocar temas relativos a los latinoamericanos en los Estados Unidos, dio a conocer la dura historia del joven de 20 años Allan Rivera, excapitán de la selección Sub-17 de Honduras, quien se encuentra en un centro de detención para inmigrantes ilegales en la Unión Americana. A continuación la nota íntegra y el vídeo:

    Allan Rivera es un joven con un futuro prometedor, un brillante futbolista que llegó a ser capitán de la selección sub-17 de su país hasta el día que le tocó emigrar a Estados Unidos para salvar su vida.

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    Su sueño de alcanzar este país, sin embargo, quedó truncado tras ser sorprendido al intentar cruzar la frontera de manera ilegal.

    MundoHispánico entrevistó en exclusiva al central hondureño de 20 años, que se encuentra recluido en la cárcel de Inmigración de Stewart, en Georgia, a la espera de su deportación.

    Según el testimonio de Rivera, en su país fue víctima de atracos e intento de secuestro.

    Sin embargo, asegura que no fue hasta que los delincuentes comenzaron a extorsionarlo y amenazarlo cuando tomó la drástica decisión de abandonar su tierra con las manos vacías y decidió emprender la travesía.

    Rivera, que jugaba para el Real España de su país, narró a este medio que cruzó la frontera estadounidense de manera ilegal en busca de seguridad.

    No obstante, fue capturado en el acto por la Patrulla Fronteriza y luego entregado al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), que planea deportarlo.

    De su arresto ya transcurrieron cinco meses y, aunque Rivera alega que la experiencia sido un calvario, pues se siente como si fuera un “criminal”, prefiere estar encerrado aquí antes que ser asesinado en su país.

    A pesar de estar tras las rejas, Rivera no se ha quedado de brazos cruzados. Aprovecha cada instante de “recreación” que las autoridades les conceden en la cárcel para continuar practicando su pasión: patear la pelota.

    Su sueño es salir en libertad y poder jugar con alguno de los equipos de la MLS, la liga de futbol de Estados Unidos.

    Rivera contó a MundoHispánico que incluso en su celda siempre se mantiene activo. El muchacho mostró las pulseras y anillos, entre otras manualidades, que ha aprendido a hacer en este tiempo en prisión.

    A la mayoría de sus creaciones les ha colocado nombres de las personas que considera importantes en su vida, entre ellos sus padres y hermanos, así como su novia y algunos de sus amigos.

    De hecho, el anhelo de Rivera era reencontrarse con su padre, que vive en New Orleans y a quien no mira desde hace 15 años.

    A su progenitor, que lleva su mismo nombre, le adjudica la mayoría de sus triunfos personales y como futbolista.

    ICE aún no ha dado detalles de lo que pasará con Rivera, quien tiene una audiencia ante un juez de inmigración en un par de meses.

    Mientras tanto, a menos que ocurra un milagro, deberá continuar tras las rejas.

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