Una nueva masacre sacude a Honduras, esta vez en Catacamas, Olancho, donde seis personas perdieron la vida en un ataque perpetrado por individuos armados. El hecho, que inicialmente dejó cuatro fallecidos en el lugar, se agravó con la muerte de dos personas más que habían sido trasladadas a un centro asistencial.
Las víctimas fueron identificadas como Douglas Joel Lanza Pacheco (39), ganadero; Rancho Rután Otoniel Colindres Cardona (27), jornalero; Basilio Colindres Cardona (28), agricultor; y Luis Alexis Carrio Colindres (43), jornalero. Los tres últimos eran residentes de San Francisco de la Paz, Olancho, mientras que Lanza Pacheco residía en la Colonia Palmira de Catacamas.
Según la información preliminar, el ataque ocurrió mientras las víctimas departían en un lugar público. Tres individuos que se movilizaban en dos motocicletas llegaron al sitio y abrieron fuego contra el grupo. El móvil del crimen aún se encuentra bajo investigación, y las autoridades han desplegado equipos para dar con el paradero de los responsables.
Las autoridades policiales reconocieron que el hecho se produce en un contexto de debilitamiento de la presencia policial en la zona. Se mencionó que, debido a la toma de las instalaciones del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), alrededor de 50 agentes que estaban asignados a la seguridad de esa institución tuvieron que ser reubicados. Además, otros 70 agentes que participaban en operativos en Catacamas fueron trasladados a otras áreas.
«Lastimosamente, con la toma del INFOP, los funcionarios policiales tuvieron que desalojar. Estos funcionarios los tuvimos que trasladar a otros lugares», explicó un portavoz policial.
Ante esta situación, se anunció una reevaluación de la estrategia de seguridad y la búsqueda de soluciones para alojar a los agentes policiales, considerando incluso la posibilidad de hospedarlos en hoteles, ya que las instalaciones disponibles han llegado a su máxima capacidad.
«Vamos a tomar las acciones necesarias y pertinentes para redoblar los esfuerzos. No tenemos que poner excusas, tenemos que buscar la solución», aseguró el vocero policial. Se ofreció una disculpa a la población por el suceso y se reiteró el compromiso de investigar a fondo el crimen.
Se destacó que, previo a este incidente, Catacamas había experimentado una reducción en la incidencia criminal, similar a lo ocurrido en Colón, donde la presencia policial en las vías públicas había disminuido los accidentes de tránsito y los hechos violentos. Se atribuyó esta reducción a las inspecciones constantes a vehículos y motocicletas. Sin embargo, el traslado de personal policial a otras zonas, como San Esteban, debido a otros incidentes, debilitó la presencia de las fuerzas del orden en Catacamas.
Las autoridades prometieron reforzar la seguridad en Catacamas con la incorporación de más personal policial y equipo, con el objetivo de dar una respuesta efectiva a la población y prevenir futuros hechos violentos. Se lamentó el incremento de la violencia y las masacres a nivel nacional, y se reiteró el compromiso de las fuerzas de seguridad para combatir la criminalidad.