El tema de las misiones internacionales de Cuba, en las que participan profesionales de diferentes áreas, muchos de ellos médicos, ocupa por estos días la agenda de la opinión pública latinoamericana por cuenta de las declaraciones de la vicepresidente de Colombia, Francia Márquez, en las que elogió al régimen cubano por el envío de galenos a diferentes países.
“Pueden decir lo que quieran, pero no pueden tapar el sol con un dedo. Mientras otros países envían tropas y armas a muchas naciones, Cuba envía médicos y eso no lo pueden ocultar”, dijo la funcionaria en entrevista con la revista Semana.
Márquez, además, resaltó que la isla ha sufrido el “bloqueo de Estados Unidos por más de 60 años” y prefirió no contestar cuando la periodista le preguntó si Cuba era una dictadura.
Las palabras de la vicepresidente colombiana fueron criticadas duramente por diferentes sectores políticos, tanto dentro como fuera de Colombia. Por ejemplo, la congresista estadounidense de origen cubano María Elvira Salazar calificó como “una vergüenza” sus declaraciones.
“Es una gran vergüenza que la vicepresidenta de un país tan importante, con una democracia tan sólida como es Colombia, sea tan inocente, tan ignorante, tan despreocupada de saber la verdad”, dijo.
“La señora vicepresidente no sabe que el médico cubano se tiene que escapar y que tiene que ir a una de estas misiones para ver si puede comer tres veces al día”, agregó la congresista, al tiempo que describió como una “esclavitud humana” la situación de los médicos cubanos.
Precisamente, una organización sin ánimo de lucro que trabaja jurídicamente para proteger y promover los derechos humanos, en el que se evidencian “gravísimos hechos, absolutamente aberrantes, inhumanos y degradantes, con gravedad urgentísima y efectos irreversibles que vienen ocurriendo desde hace años en las Misiones de Internacionalización que Cuba ejecuta en terceros países”.
El documento, que fue presentado el 25 de enero del 2022 ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, concluye que la venta de servicios por parte de las llamadas “misiones internacionalistas” de Cuba es la principal fuente de ingresos del régimen en el extranjero, al menos desde el año 2005.
“En 2018 representó entre el 40% y el 50% de su balanza de pagos en el extranjero. Mientras que el turismo fue de 2.900 millones de dólares, las misiones de internacionalización ascendieron a 8.500 millones de dólares”, resalta el informe.
De hecho, el informe recoge 894 testimonios protegidos que respondieron a la pregunta ¿Van voluntarios?: el 75% respondió “No fui voluntario”; el 13% dijo “Fui condicionado por limitaciones de movilidad, miseria o condiciones laborales precarias”; y el 12% aseguró que “Fui por motivos coercitivos”.