Uno de los más populares lanzadores cubanos en la historia de los Marlins, Livan Hernández, se declaró en bancarrota en el sur de la Florida a tan solo dos meses de haber hecho el lanzamiento inaugural en el primer partido en los Marlins Park de la temporada 2017.
Documentos de la corte, a los que tuvo acceso el Miami Herald, indican que Hernández debe hasta $1 millón a cuando menos 50 acreedores, principalmente a compañías de tarjetas de crédito como Capital One, Chase y Bank of America.
Hernández, quien se estima ganó más de $53 millones en sus 15 años de carrera, tiene deudas atrasadas con el Servicio de Impuestos Internos (IRS) y una batalla legal en Miami por retrasos en los pagos de manutención de su hija de 14 años.
El cubano de 42 años le debe también $220,000 al empresario Germán Carreño Rodríguez por un préstamo otorgado en el 2013 y quien al no recibir su dinero, lo demandó. Por este caso, un juez emitió en mayo una orden de arresto para el pelotero cubano por no presentarse ante la corte.