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    Lula da Silva: «Cumpliré mi condena»

    El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se entregó ayer a la policía en Sao Paulo para empezar a cumplir una condena de 12 años de cárcel por corrupción.

    «Cometí un crimen, que fue llevar a los pobres a la universidad, permitir que compren coches, que tengan comida y si es así, seré un criminal el resto de mi vida», dijo Lula en un discurso cargado de emoción, antes de llegar a Curitiba (sur) donde ya ingresó en prisión.

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    PIEDRAS EN EL CAMINO

    La entrega estuvo precedida por un drama de más de dos horas, después de que miles de seguidores del expresidente bloquearan la salida del local del Sindicato de los Metalúrgicos donde estaba Lula en la periferia de Sao Paulo.

    De hecho, varias personas tumbaron una valla para impedir que el auto del exmandatario saliera.  La líder del Partido de los Trabajadores (PT, la fuerza política de Lula), Gleisi Hoffmann,  convocó a toda la militancia de izquierdas a “ocupar” Brasilia y Curitiba, hasta que Lula deje la prisión.

    El juez Sergio Moro le halló culpable de corrupción por ser beneficiario de un departamento ofrecido por la constructora OAS a cambio de facilidades de contratos en Petrobras, que está en el centro de los escándalos de Lava Jato.

    La última excusa para postergar su encarcelamiento fue una misa en el sindicato, en memoria de su fallecida esposa. Aprovechó para hablar del “sufrimiento” de su familia cuando “ve a uno de los suyos masacrado”, y aseguró que las acusaciones agudizaron los problemas de salud que llevaron a la muerte a su esposa.

    «Con mi entrega, quienes querían verme en prisión hoy tendrán orgasmos múltiples», aseveró. “Voy a cumplir mi condena y cada uno de ustedes se transformará en un Lula”, proclamó el exmandatario, quien se declara inocente. “Moro mintió al decir que esa apartamento era mío”,

    reiteró, y atribuyó su condena al propósito de evitar el regreso de la izquierda al poder en las elecciones de octubre, para las que aparece como favorito en los sondeos.

    Pese a ello, en el Supremo reside la última esperanza de que Lula recupere la libertad, que es la revisión de una jurisprudencia que rige desde 2016 y permite la prisión de un condenado una vez que la sentencia se ratifica en segunda instancia, como es su caso.

    El arresto de Lula es un nuevo golpe al PT, después de la destitución en 2016 de la presidenta Dilma Rousseff, acusada de manipular las cuentas públicas.

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