Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de Brasil (2003-2010), ha sido liberado de la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, en el estado de Paraná, donde permaneció un año y siete meses privado de libertad.
Vestido todo de negro, Lula ha sido recibido entre abrazos por sus familiares y una multitud de simpatizantes ataviados con camisetas rojas, símbolo del Partido de los Trabajadores (PT). Cánticos, petardos y una marea de banderas, muchas con las fotos del petista, le han dado la bienvenida.
«Queridos compañeros y compañeras no puedo expresar lo que significa estar aquí con vosotros», aseguró Lula desde un palco rodeado de los militantes del PT, a quienes agradeció el apoyo brindado durante todo este tiempo.
«No pensé que hoy podría estar aquí hablando con hombres y mujeres que durante 580 días gritaron ‘buenos días, Lula’, gritaron ‘buenas noches, Lula’, sin importar si estaba lloviendo, sin importar que hiciese 40 grados, sin importar estar a cero grados», dijo a los militantes.
«Vosotros sois el alimento de la democracia que yo necesitaba para resistir la maldad», añadió, mientras subrayó que seguirá «luchando por el pueblo brasileño».