En Puerto Príncipe, la capital de Haití, se volvió a vivir este 27 de septiembre una intensa jornada de protestas multitudinarias, en continuación de una crisis antigubernamental que azota el país ya desde hace meses. Los manifestantes reclaman la renuncia del presidente Jovenel Moise, a quien acusan de corrupción.
Los manifestantes incendiaron negocios privados y edificios gubernamentales, además de saquear una comisaría.
De esa estación de Policía se llevaron municiones, chalecos anti balas e incluso muebles. Un palacio de justicia, al sureste de la ciudad de Jacmel, también fue incendiado.
La Policía respondió con gases lacrimógenos, mientras los manifestantes arrojaban piedras y otros objetos.
Los líderes de la oposición haitiana han pedido la destitución del presidente Moise durante meses. Alegan, entre otras cosas, que no se ha hecho investigación alguna sobre la supuesta malversación de fondos estatales por parte de los aliados del presidente en la Administración anterior.
La escasez de alimentos y energía, así como la creciente inflación, también han alimentado las protestas, que a menudo se han teñido de violencia. Solo en septiembre, cuatro personas fallecieron en medio de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
«Estamos diciendo […] a la población haitiana que se levante para derrocar a este gobierno, porque el presidente Jovenel Moise no está haciendo nada por nosotros, simplemente nos está matando», declaró a AP uno de los manifestantes, identificado como Francois Pericat.
«Si Jovenel no renuncia hoy, lo que sea que le pase no es nuestra responsabilidad», aseveró este viernes el líder de la oposición, el senador Youri Latortue, a una emisora local. «Jovenel Moise será responsable de todo lo que suceda en el país hoy», afirmó.
En un esfuerzo por calmar los disturbios, Moise suspendió su participación en la Asamblea General de la ONU en Nueva York, programada para esta semana, y pronunció un discurso televisado dirigido a sus compatriotas, instando a la unidad. Simultáneamente, el jueves, el Gobierno despidió a varios funcionarios de seguridad.
Ya antes, en junio, Jovenel Moise rechazó las acusaciones de corrupción. En un discurso público aseguró: «Los miro a los ojos para decirles hoy: su presidente, por el que votaron, no está involucrado en la corrupción», y agregó entonces que «aquellos que hayan manejado mal los fondos del Estado serán llevados ante la justicia de manera justa, equitativa y sin persecución política».
