Tegucigalpa, Francisco Morazán. – Personal de la sección de Identificación Humana de la Dirección General de Medicina Forense realizará, el sábado cuatro de febrero, la primera inhumación del año, misma que hará posible el descanso de 20 personas (todos ellos de sexo masculino). Estos cuerpos se encuentran en los cuartos fríos y no han sido reclamados por sus familiares, todos ellos están desde el año anterior.
La mayoría de los fallecidos que serán inhumados están en calidad de desconocidos ya que no fue posible su identificación científica por el método de huellas, sin embargo, se continúa trabajando en la identidad a través de otros métodos científicos de identificación como ser odontograma o autopsia oral y ADN. Cabe recordar que para realizar el procedimiento de ADN, es necesaria la presencia de un pariente para hacer cruce de información y la toma de muestras de laboratorio.
De los cadáveres que serán sepultados, se encuentran ya identificados: Demetrio Alejandro Maldonado Andrade con identidad 0508-1961-00074, Abieser Aubner Alemán Juárez con identidad 0106-1969-0020 y como supuestos Óscar Oquelí Saldivar (cuyo levantamiento fue en el Hospital Escuela), y Carlos Aguilar de Intibucá.
Estos cadáveres se encuentran en los cuartos fríos del departamento de Patología Forense desde noviembre del año anterior y los levantamientos de estos cuerpos se realizaron en diferentes zonas del centro, sur y oriente del país, lugares a los que da cobertura esta morgue.
La mayoría de levantamientos cadavéricos han sido efectuados en las regionales y fueron trasladados a Tegucigalpa para que se les practique la respectiva autopsia médico legal y se determine cual fue su causa y manera de muerte. También hay cuerpos provenientes de la morgue del Hospital Escuela Universitario (HEU) y de diferentes sectores de Tegucigalpa y Comayagüela.
La Sección de Identificación Humana coordina con la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) dicho entierro; así mismo cuenta con el acompañamiento religioso y espiritual de un sacerdote de la Iglesia Católica para dar cristiana sepultura a los cuerpos no reclamados por sus familiares y así darles su último adiós de forma digna y humanitaria.
