Monica Lewinsky se convirtió en una de las mujeres más famosas del mundo a mediados de los años 90′, pero su fama fue efímera.

La secretaria del presidente Bill Clinton en la Casa Blanca saltó a la escena pública por un escándalo sexual con el mandatario de los Estados Unidos y 23 años más tarde rompió el silencio y habló de todo.

Entre sus revelaciones, la ex becaria confesó qué hizo para volver loco al Jefe de Estado norteamericano para que él se fijara en ella y no pudiera resistirse a sus encantos.

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Aquél día, Lewinsky era parte de una fiesta sorpresa de un funcionario del equipo de Clinton y la mujer decidió dejar su ropa interior al alcance de los ojos del presidente, que la miraba con atención. Luego, caminó hacia el Salón Oval, el marido de Hillary la siguió y ambos comenzaron a besarse apasionadamente.

Ese fue el primer encuentro de una relación que duró cerca de dos años, con un encuentro sexual semanal como mínimo. “Me di cuenta de que la parte superior… de mi ropa interior había estado mostrándose, mi ropa interior era una tanga. Y pensé: bueno, subiré el juego. Sabía que él estaba saliendo de una habitación. Y en lugar de ponerme los pantalones, como lo hubiera hecho en cualquier otra incidencia, no lo hice“, confesó.

“No era evidente para todos los demás en la sala, pero él se dio cuenta… Recuerdo que me hizo preguntas… ¿Dónde fui a la universidad? Cosas así. No creo que en ese momento de mi vida mi corazón haya latido tan rápido. Le solté: Sabes, estoy enamorada de ti. Y él se echó a reír, sonrió y me preguntó si quería ir a la oficina de atrás. Y lo hice“, dijo Lewinsky.

Los encuentros se hicieron habituales, pero a partir de allí fue Clinton quien tomó la iniciativa. “‘Si quieres encontrarme conmigo en el estudio posterior en 10 minutos, puedes hacerlo’“, le dijo el presidente y desde entonces el vínculo “se volvió más íntimo”.

“No hablo de esto muy a menudo y todavía no me siento cómoda hablando de eso. Es una de esas cosas donde no es como si no hubiera registrado que él era el presidente. Obviamente que sí lo era. Pero creo que de una manera, en el momento en que estuvimos en la oficina administrativa por primera vez, la verdad es que creo que significó mucho para mí que la persona que otras personas deseaban, me deseaba“, relató Lewinsky.