El huracán Mitch fue uno de los ciclones tropicales más poderosos y mortales que se han visto en la era moderna, teniendo una velocidad máxima de vientos sostenidos de 290 km/h Mitch pasó por América Central del 22 de octubre al 5 de noviembre en la temporada de huracanes en el Atlántico de 1998.
Mitch fue uno de los más violentos del siglo, se presentó en el nordeste de Honduras el 26 de octubre de 1998.
El ojo de la tormenta recorrió lentamente la costa atlántica desplazándose entre las islas de la Bahía y permaneciendo estacionario en las inmediaciones de la isla de Guanaja, con un área de mayor afectación de unos 150 kilómetros a la redonda.
Generó grandes daños por inundaciones en los departamentos de Colón, Atlántida y Cortés. Decenas de ciudades quedaron aisladas por la caída de los puentes y la destrucción de carreteras y caminos. Se suspendió el suministro de electricidad y de agua corriente en casi todas las comunidades de Gracias a Dios, Colón, Yoro y Atlántida.
El 30 de octubre el Mitch cambió su rumbo este a oeste para dirigirse inesperadamente al sur, ingresando en el territorio continental y transformándose ese mismo día en tormenta tropical. Su trayectoria siguió siendo imprevisible mientras se desplazaba por el centro del país en dirección norte-sur, recorriendo en un solo día los departamentos de Colón, Olancho, Yoro y Francisco Morazán. Luego siguió hacia el sudeste acercándose al departamento de El Paraíso, colindante con Nicaragua.
Debido a su lento movimiento entre el 26 de octubre y el 4 de noviembre, Mitch dejó cantidades históricas de precipitaciones en Honduras, Nicaragua y El Salvador.
Las muertes ocasionadas por las catastróficas inundaciones lo hicieron el segundo huracán más mortífero del Atlántico cerca de 20 000 personas murieron y alrededor de 8 000 permanecían desaparecidas a finales de 1998.
Las inundaciones causaron daños extremos, estimados en 5 mil millones de dólares.