El príncipe Frédéric von Anhalt de 78 años de edad, último jerarca de la extinta monarquía alemana, viudo y sin descendencia, decidió adoptar a un hombre de 31 años, hijo de un amigo, para que sea el heredero de su patrimonio.
«Mi padre es amigo de Frédéric y me dijo que podía quedarme en su casa. Frédéric y yo acordamos que, si le ayudaba en el hogar, trabajaba con él en el ordenador, me aseguraba un mejor futuro”, expresó el hombre de 31 años.
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Por su parte, el príncipe explicó que su heredero vivirá junto a él y que tiene un nuevo certificado de nacimiento, donde se indica que él es oficialmente su padre.