El 2 de marzo de 1834, «en un camino desierto, yermo, e inhóspito, en donde se levantaban enormes nubes de polvo, y en donde el sol calcinaba con sus rayos la humanidad de los caminantes, rodeado únicamente por su familia y los arrieros», falleció Don José Cecilio del Valle.
El enfermo, tuvo tiempo de pedir los auxilios del confesor, y dijo, entre otras cosas, a su Capellán «Padre, conozco que ya estoy en el último periodo de existencia, y necesito de los auxilios espirituales para devolver mi alma al Creador que me la dio.»
El cuadro clínico presentado por don José del Valle antes de su muerte, es el de un infarto del miocardio, complicado por insuficiencia cardíaca izquierda en su forma más grave que es el edema agudo del pulmón. Esta entidad clínica se manifiesta con factores predisponentes que estaban presentes en este caso, como lo son la personalidad tipo A; la tensión emocional y ansiedad; el sedentarismo…Todo ello es prueba de la enfermedad coronaria que terminó con la vida del Sabio Valle, a edad relativamente temprana.
Repercusiones
La muerte de Valle, «el más grande pensador y erudito hasta la fecha ha nacido en Centroamérica» fue todo un acontecimiento político, ya que «estaba electo Presidente de Centro América…obtuvo la mayoría de los votos; pero el destino había decidido que jamás fuera Jefe de la nación. La muerte cerró sus ojos antes de que los pliegos se abrieran.»
Marure consagra a Valle el siguiente párrafo de las efemérides: «Perdió Centro-América, con el fallecimiento del licenciado José del Valle, a uno de sus más distinguidos hijos. Conocido ya desde el tiempo del Gobierno español por sus grandes talentos y extraordinario saber; luego que se proclamó la Independencia, fue elevado á los primeros destinos de la naciente República…el siguiente año concurrió á las Cortes de Méjico, en donde sostuvo victoriosamente los derechos de su patria y sobresalió por su elocuencia y laboriosidad».
Jeremy Bentham y otros ilustres escritores de Europa le honraron con su amistad, y la Academia de ciencias de París, le inscribió en el catálogo de sus miembros. La memoria de este distinguido centroamericano fue justamente honrada por sus compatriotas: la Asamblea de Guatemala acordó, en 13 de marzo del mismo año de 34. que su retrato fuese colocado en el salón de sesiones, y que en demostración de sentimiento por su muerte, todos los funcionarios públicos vistiesen luto por tres días. El 9 de abril siguiente la Asamblea del Salvador decretó los mismos honores fúnebres a la memoria de Valle.»