La revista Foreign Policy ha hablado bajo condiciones de anonimato con más de 20 comandantes y otros miembros de diferentes grupos rebeldes que operan en el sur de Siria y ha descubierto que al menos 12 facciones que se oponen al Gobierno de Bashar al Assad recibían apoyo significativo de Israel, que de esta manera buscaba prevenir que los milicianos apoyados por Irán y los terroristas del Estado Islámico se adueñaran de los territorios que limitan con la frontera israelí.
Desde la embajada israelí en Washington se han negado a comentar sobre este reportaje. Según datos del medio, las agencias de seguridad israelíes suministraban armas a los rebeldes a través de tres cruces que conectan los Altos del Golán con Siria, los mismos que Israel utilizó para enviar la ayuda humanitaria a los residentes del sur de Siria azotados por años de guerra civil.
Se informa de que la transferencia de equipo militar, que incluía fusiles de asalto, ametralladoras, morteros y vehículos de transporte, cesó en julio de este año. Fue entonces cuando Israel aparentemente llegó a un acuerdo con Rusia y consintió el regreso de las fuerzas gubernamentales sirias a Deraa y Quneitra ―zonas adyacentes a los Altos del Golán― a cambio de que Rusia supuestamente prometiera garantizar que los milicianos apoyados por Irán se mantuvieran a 80 kilómetros de los Altos del Golán y no obstaculizar los bombardeos de Israel contra objetivos iraníes en Siria, explica Foreign Policy.
75 dólares por combatiente
Además de las armas, Israel también pagó a los combatientes rebeldes ―alrededor de 75 dólares al mes a cada uno― y también envió dinero que posteriormente fue gastado por los grupos en la compra de más armamento en el mercado negro de Siria. Esta información ha sido confirmada también por periodistas locales.