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    Se agudiza crisis de salud mental de niñas y niños en Siria tras los terremotos de febrero

    La grave emergencia que se vive en Siria a raíz de los potentes terremotos que afectaron este país el pasado mes de febrero, además del conflicto que se vive desde hace 12 años, ha provocado una crisis de salud mental, especialmente entre las niñas y niños.

    Así lo han determinado expertos en salud mental de World Vision, una ONG centrada en la niñez que lleva trabajando en Siria desde 2013, quienes creen que la devastación del terremoto de magnitud 7,8 del 6 de febrero, y la serie de réplicas y desplazamientos derivados del mismo, empeorarán aún más las necesidades de salud mental de los niños y sus familias, ya que más personas podrían desarrollar síntomas de TEPT.

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    «Fue un día muy duro para nosotros. Estuvimos buscando cadáveres bajo los escombros desde el amanecer hasta la noche siguiente. La acera frente al hospital estaba llena de cadáveres cubiertos con bolsas negras. Algunas familias murieron y no tenían a nadie que las enterrara. Intento contener mis emociones ante ellos, sin embargo, mi estado psicológico no es nada bueno. No soy capaz de proporcionarles nada», dijo un residente de 38 años del noroeste de Siria.

    Todavía se está contabilizando la magnitud de los desplazamientos, pero una evaluación rápida de las necesidades llevada a cabo por World Vision entre 322 familias del noroeste de Siria, reveló que el 94% de las viviendas y refugios de las familias encuestadas habían resultado dañados por el terremoto y que el 51% tenían sus casas destruidas.

    La evaluación constató que el 82% se refugiaba en albergues colectivos como consecuencia de estos daños. Además, el 42% de los encuestados informaron de que las instalaciones educativas habían sufrido daños en sus barrios, y el 84% de ellos afirmaron que el terremoto había afectado la capacidad de sus hijos para acceder a los servicios educativos, lo que a su vez, aumenta el riesgo de explotación infantil, trabajo infantil, matrimonio infantil y otros riesgos a los que se enfrentan las niñas y los niños.

    Un estudio realizado por World Vision el año pasado ya había demostrado que el 66% de los encuestados creía que era «muy probable» que los niños tuvieran pensamientos suicidas debido al entorno estresante en el que se criaban. Otro estudio también había encontrado que el 100% de los desplazados menores de 18 años en la zona, mostraban síntomas de trastorno de estrés postraumático.

    Johan Mooij, Director de World Vision Syria Response, afirma: «Los titulares se están ralentizando, las cámaras se han marchado mientras las pilas de escombros no se han movido, no se han encontrado cadáveres y los niños, en muchos de los casos, no han podido enterrar a sus padres y seres queridos. Sin embargo, la carnicería duradera del terremoto y de 12 años de conflicto no es solo la destrucción visible, sino también el daño mental y emocional. Por desgracia, los niños del noroeste de Siria no son ajenos a traumas persistentes, generalizados y catastróficos”.

    «Un mes después de que el devastador terremoto sacudiera Turquía y Siria, la escala de la respuesta humanitaria aún no ha dado abasto ante las enormes necesidades de las familias y los niños sirios desplazados, que sufren crisis agravadas desde hace casi 12 años. Es crucial que todos los canales de acceso al noroeste de Siria permanezcan abiertos y que las entregas de ayuda se amplíen mediante fondos destinados a la respuesta de emergencia. Solo así se garantizará que se cubran las necesidades de salud mental de los niños y se aborden sus traumas», agrega Mooij.

    Según estudios anteriores, los terremotos están asociados a una mayor prevalencia de trastornos psiquiátricos como el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad. Antes del terremoto, los niños de Siria estuvieron expuestos a una activación prolongada de los sistemas de respuesta al estrés que puede alterar el desarrollo de la arquitectura del cerebro y otros sistemas orgánicos, además de aumentar el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés y el deterioro cognitivo, hasta la adultez.

    «La exposición infantil a la adversidad puede dar lugar a una serie de problemas conductuales y emocionales, por ejemplo, mayor probabilidad de riesgos asociados con el suicidio, comportamiento agresivo y dificultades en el relacionamiento con los demás. Resulta muy preocupante el desarrollo del trastorno de estrés postraumático (TEPT), sobre todo tras sucesos como el reciente terremoto”, comenta Phiona Koyiet, asesora técnica senior en Salud Mental de World Vision.

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