El 6 de enero de 2021, la democracia estadounidense, una de las más estables del mundo, tuvo un episodio que marcaría para siempre la historia del país.
Partidarios del expresidente republicano Donald Trump irrumpieron de manera violenta en la sede del Congreso, tomándose por varias horas partes del edificio con el fin de interrumpir una sesión conjunta del poder legislativo para contar los votos del Colegio Electoral y, de esa manera, certificar la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020.
Los manifestantes protestaban por un supuesto fraude en las elecciones presidenciales, algo que el mismo Donald Trump argumentó antes de dejar su cargo.
Trump apuntó contra los demócratas, a quienes calificó de “izquierda radical”, y los medios de comunicación.
Sus palabras fueron la antesala del caos que se viviría en Washington horas más tarde, cuando una turba ingresó de manera violenta al Capitolio golpeando a la fuerza pública, en medio de disparos y gases lacrimógenos.
En medio del caos, los congresistas que se encontraban sesionando buscaron refugio evitar ser atacados por los manifestantes.
Sobre las 8 p. m. (hora local), los congresistas volvieron al recinto para certificar la victoria de Biden.
Los hechos de violencia dejaron cinco muertos y decenas de heridos. Este 6 de enero de 2022 se conmemoran dos años de ese suceso y se rinden homenajes a las personas fallecidas, entre los que se destacan oficiales de la Policía que intentaron resguardar el orden.
En los últimos 24 meses hubo más de 950 arrestos vinculados al asalto, de acuerdo a lo dicho por el secretario de Justicia,Merrick Garland, en un comunicado el pasado miércoles, dos días antes del segundo aniversario.
«Nuestro trabajo no ha terminado» y «seguimos decididos a enjuiciar a todos los responsables del asalto a nuestra democracia», agregó.
Más de la tercera parte de los detenidos ya fue juzgada por cargos que van desde simple «ingreso sin autorización» a «sedición», mientras que 192 recibieron penas de prisión, de acuerdo a una declaración separada del fiscal federal de Washington, que supervisa esta investigación.
La investigación, por lo que se ha denominado como el asalto a la democracia de Estados Unidos, sigue en curso. Incluso el mismo Trump está siendo investigado por su presunta incitación a la violencia.
