Este martes, una de las ciudades más importantes del Reino Unido se declaró en quiebra y apuntó contra el Estado por falta de financiación y la crisis económica.
Se trata de la ciudad de Birmingham, la segunda del Reino Unido después de Londres, en la cual el consejo municipal encargado de la gestión de los servicios públicos, del cual se benefician más de un millón de personas, tomó la decisión de acogerse a la «sección 114”, que establece mantener los gastos esenciales y equivale a una situación de quiebra para una empresa.
De esa manera, el ayuntamiento se ve incapaz de equilibrar su presupuesto, como obliga la ley, sin recibir la ayuda del gobierno central.
John Cotton , alcalde de la ciudad del partido laborista, indicó en un comunicado que había tomado esta «medida necesaria» para sanear la situación.
El gobernante, justificó la decisión a la existencia de varios gastos excepcionales, entre ellos, una condena por infracción de leyes laborales, una disminución de la financiación otorgada por los sucesivos gobiernos conservadores desde hace trece años y la crisis del costo de la vida.
Cotton aseguró que las cargas sociales y la inflación colocan a Birmingham frente a «desafíos financieros sin precedentes«.
El político alertó, además, que 26 municipios podrían declararse en quiebra en los próximos dos años.