Tras encontrar hematomas y heridas en la piel de su madre de 92 años, un hombre decidió instalar una cámara oculta en el dormitorio de la anciana en un asilo de la ciudad de Perth (Australia). Las imágenes, recientemente reveladas, evidenciaron un brutal tratamiento que, sin embargo, no fue considerado como punible por la Justicia.
La grabación, realizada en 2016, muestra a varias cuidadoras del hogar de ancianos Morrison Lodge sometiendo a Jean Robins, que padece demencia, mientras aparentemente se ríen de ella. Las trabajadoras arrojan sus lesionadas piernas a la cama y aplican fuerza sobre su cabeza en un intento por inmovilizarla.
Adicionalmente, la anciana fue abandonada en el suelo en varias ocasiones mientras clamaba por ayuda por lapsos de más de veinte minutos, de acuerdo con el testimonio ante la corte de su hijo, Ed Robins. Tras haber mostrado las imágenes a la administración del asilo y luego a la Policía, dos cuidadoras fueron acusadas de doce cargos de agresión.
Sin embargo, un juez local desestimó el caso en marzo de este año, comparándolo con el trato hacia un menor en el que «si el niño se resiste, entonces se necesita más fuerza».
«Aunque yo mismo pensara [que debieron usar menos fuerza], no sería suficiente para una condena», aseveró el togado, según cita ABC.
