Eso según informe publicado por la ONG mexicana, Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y justicia Penal, San Pedro Sula y Tegucigalpa ya no aparecen entre las ciudades más violentas del mundo.
Se trata de la misma organización que antes colocó a San Pedro Sula como la ciudad más violenta en el mundo, durante época de no guerra.
Del 2011 al 2016, el Distrito Central se mantuvo entre las 10 ciudades más violentas del mundo, mientras que en 2018 tuvo una tasa de 43.30 homicidios por cada 100.000 habitantes, eso es un 58% inferior a la tasa máxima alcanzada en 2012 que fue de 102.
Ambas ciudades superaron este promedio, convirtiendo a Honduras en un ejemplo internacional en la lucha contra el crimen común y organizado. Por eso el presidente Juan Orlando Hernández reitera el ‘clásico’, “no olviden de dónde venimos”.
“Venimos de ser un país que tenía 90 muertes por cada 100.000 habitantes y hoy tenemos menos de 40, y nuestras ciudades, que fueron las más violentas, hoy no están ni entre las 20, pero eso no es suficiente y seguimos trabajando para hacer mejor las cosas”.
Por ello pide a la población no acostumbrarse al nivel de violencia. Aunque esto no es algo que se va a controlar con una petición, sino más bien con las acciones, sean éstas, buenas o malas, de tal forma que si el caso es que se puede mejorar el trabajo de los operadores de justicia, pues que así sea.
Luego de estar en los primeros lugares de las ciudades más violentas, ahora San Pedro Sula es la número 33 y el Distrito Central en la 39.
