El mundo estuvo en alerta tras la gigante explosión y erupción que causo el volcán Hunga Tonga-Hunga Haápai, en el pacífico Sur, el pasado sábado 15 de enero, causando olas de más de un metro que embistieron las costas de Tonga, las costas oeste de Estados Unidos, Hawái, Chile y Perú.
Rápidamente, fueron difundidas imágenes del desastre, en donde se observaba una densa capa de ceniza y humo cubriendo gran parte de las islas. Ya este martes tras el primer comunicado emitido por el gobierno de Tonga describió la situación como un “Desastre sin precedentes, confirmando al menos tres muertes, dos locales, una mujer de 65 años, un hombre de 49 y una ciudadana británica«.
El comunicado tardo en publicarse por el corte de las comunicaciones en el archipiélago y describe la destrucción de todas las viviendas en Mango, poblada por 36 personas, mientras que solo dos quedaron en pie en la isla Fonoifua, una de las más afectadas junto a Nomuka. Se han desplegado buques militares con ayuda humanitaria en las zonas más afectadas por la densa capa de ceniza.
Después del desastre de la explosión y el Tsunami el volcán de Tonga ha desaparecido. Fotografía publicada recientemente por el Centro de Satélite de las Naciones Unidas (UNOSAT), muestra que del Volcán Hunga Tonga Hunga Haápai solamente quedan dos pequeñas porciones de tierra sobre el nivel del mar. Las autoridades temen que más islas periféricas hayan desaparecido por la potente erupción más grande desde hace 30 años.
