En la ciudad de Mercedes (Buenos Aires, Argentina) se vivieron momentos de caos el pasado 13 de diciembre cuando un coche fúnebre se detuvo porque su chofer aseguró que había escuchado ruidos de presuntos golpes procedentes del ataúd que llevaba, que también habría visto moverse.
Ese féretro alojaba los restos de Beatriz Elvira Macre, una jubilada de 65 años. Ante la situación, el conductor y los familiares de la fallecida resolvieron llevar el cadáver a un hospital para confirmar el deceso.
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Los profesionales de ese centro sanitario confirmaron que Macre estaba muerta y determinaron que había sufrido un espasmo. Entonces, se reanudó el funeral y el traslado del cuerpo de la jubilada al Cementerio Parque de Mercedes, donde fue cremado.
