El pasado octubre, la británica Jayne Hobbs visitó a su cosmetóloga Erika Hodgkiss, en el condado de Kent, para hacerse un simple tratamiento facial. Lo que no pudo antes ni imaginar era que esa visita literalmente le salvaría la vida: la esteticista se dio cuenta de que un lunar en el pecho de su clienta había cambiado de manera sospechosa, y la instó a ir a un médico.
Según reporta The Daily Mail, Hobbs ya había notado anteriormente que su lunar se volvía más oscuro -lo que es una señal de peligro-, pero lo ignoró. Al seguir la recomendación de Hodgkiss y visitar a un médico, resultó que tenía un melanoma, que prontamente fue operado.
«Es difícil imaginar lo que podría haber pasado si no hubiese ido a hacerme eñ tratamiento facial con Erika», reconoció la británica, citada por el rotativo.
Hodgkiss, por su parte, dijo que aprendió a detectar señales de cáncer de piel en cursos especiales para cosmetólogos, peluqueros, masajistas, dentistas y otros especialistas. Gracias a esa capacitación, la esteticista ya ha identificado lunares sospechosos en tres mujeres, todas la cuales fueron luego sometidas a cirugía para extirpar melanomas.
