La pandemia de Covid-19 continúa dejando secuelas desproporcionados en las personas con discapacidad.
Estas personas se ubican entre las primeras víctimas de la dificultad económica producida por la pandemia.
Necesitamos que todas las personas estén involucradas en el proyecto de realizar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y eso incluye a las personas con discapacidad. En todo el hemisferio, las personas con discapacidad o incapacidades y las organizaciones que las representan están operando para hacer realidad el llamamiento que dice “nada sobre nosotros sin nosotros”.
Referente a eso, en su reciente reunión, la Conferencia General de la UNESCO ratificó un importante documento: la Recomendación sobre la Ética de la Inteligencia Artificial. Este progreso y desarrollo constituye el primer instrumento normativo mundial en este ámbito. Lo que se intenta es eludir que las desigualdades y la discriminación del mundo real se incrementen en el mundo virtual.
Para ser inclusivas de la discapacidad, la respuesta a la pandemia y la recuperación posterior deben estar guiadas por las propias personas con discapacidad, forjar alianzas, abordar la imparcialidad y la discriminación, mejorar el acceso a la tecnología y fortalecer las instituciones a fin de formar un mundo pos-COVID-19 más inclusivo, empático, accesible y sostenible.