Unos 20 abogados voluntarios de Estados Unidos impartieron el viernes en México talleres jurídicos a centroamericanos solicitantes de asilo que viajaron en una “caravana” severamente criticada por Donald Trump.
No se permitió el acceso de la prensa a las sesiones para unos 300 migrantes y que tuvieron lugar en la oficina de un grupo cívico en el albergue para migrantes más grande de Tijuana y en una galería de arte situada en un inmueble que alguna vez tuvo un túnel por el que se contrabandeaban drogas hacia San Diego.
Los abogados informaron sobre el proceso de asilo en Estados Unidos y advirtieron a los migrantes, en su mayoría mujeres, que podrían enfrentar largos periodos de separación de sus hijos y una detención prolongada si les permiten permanecer en Estados Unidos.
Los migrantes tienen previsto dirigirse el domingo a la frontera, lo que prepara el escenario para una confrontación con el gobierno de Trump, que ha advertido que algunos podrían ser detenidos, enjuiciados y deportados. La mayoría de los migrantes centroamericanos que buscan asilo en Estados Unidos argumentan la amenaza de la violencia en sus países de origen.
Los abogados y defensores se reunieron personalmente con algunos de los migrantes sin hacerles indicaciones sobre lo que deben o no decir cuando se encuentren el domingo con agentes de inmigración de Estados Unidos, dijo Alex Mensing, organizador de la iniciativa del grupo Pueblos sin Fronteras.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, advirtió esta semana que cualquier persona que intente cruzar a Estados Unidos y haga declaraciones falsas a las autoridades de inmigración será enjuiciada penalmente. También podrían ser enjuiciadas las personas que ayuden o recomienden a los migrantes que hagan declaraciones falsas en sus solicitudes para ingresar en Estados Unidos.
La amenaza de Nielsen es parte de la narrativa del gobierno de que hay fraude generalizado en las peticiones de asilo y de que los solicitantes de asilo son asesorados sobre lo que deben decir a las autoridades estadounidenses. La funcionaria dijo que los migrantes deberían solicitar protección en el primer país seguro al que lleguen, México en este caso.
Mensing dijo que los abogados que ayudan a los migrantes podrían ofrecer sus opiniones sobre casos individuales, como lo haría cualquier abogado con un cliente.
“Siempre enfatizamos en que hay que decir la verdad”, señaló Mensing.
Las caravanas han sido táctica ordinaria de los grupos activistas para llamar la atención hacia los solicitantes de asilo y la más reciente es menor a otras, pero adquirió notoriedad debido a las fuertes críticas de Trump cuando comenzó el 25 de marzo en la ciudad mexicana de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.
Cuando la caravana cruzó hacia México, la integraban unas mil personas, y tanto Trump como sus principales colaboradores la describieron como una amenaza importante y prueba de una frontera disfuncional.
Trump mencionó la caravana para justificar el muro fronterizo que pretende construir, aun cuando los solicitantes de asilo planean entregarse a inspectores fronterizos y tienen derecho a pedir protección. Dijo que ordenó al Departamento de Seguridad Nacional “detener la caravana”.
A medida que se acerca la hora de la verdad el domingo en la transitada frontera entre Tijuana y San Diego, Amnistía Internacional exhibía en una camioneta que circulaba por Tijuana un cartel en el que se mencionaba el derecho al asilo en Estados Unidos.
