La Unidad de Política Limpia en Honduras ha sido objeto de críticas por su enfoque y resultados considerados deficientes. Según expertos, la unidad se dedica a actividades que no cumplen con las expectativas, como contar vallas publicitarias, afiches y solicitar facturas, acciones que no tienen un impacto real en la transparencia y legalidad del financiamiento político.
Se sugiere que la unidad enfoque sus esfuerzos en objetivos más relevantes y efectivos. En primer lugar, verificar, a través de información bancaria, inteligencia y otros mecanismos, si los fondos utilizados en las campañas políticas son de origen lícito o ilícito. Es crucial investigar si existen recursos provenientes del crimen organizado, el narcotráfico o el lavado de activos.
En segundo lugar, se propone verificar el cumplimiento de los techos electorales de gastos establecidos para los candidatos presidenciales, alcaldes, diputados y otros cargos. Se considera que los techos actuales son exageradamente altos, lo que genera distorsiones en la competencia electoral.
Al centrarse en estos dos objetivos, la unidad podría determinar si hay un exceso de recursos para un candidato que no tiene la capacidad económica para justificarlos. Esto permitiría detectar posibles irregularidades y fortalecer la transparencia en el financiamiento político.
Además, se señala que los informes generados por la unidad suelen perder relevancia una vez finalizadas las elecciones. El interés en presentar informes disminuye para aquellos que pierden, mientras que los ganadores pueden seguir con los informes.
En resumen, se considera que la Unidad de Política Limpia necesita reorientar su enfoque, priorizando la investigación del origen de los fondos y el cumplimiento de los techos electorales, para lograr resultados más efectivos y contribuir a la transparencia y legalidad del financiamiento político en Honduras.
