Últimamente la demanda de aguacates no para de crecer. Una buena noticia para los productores, pensarán los más optimistas o los defensores de ese libre mercado que no quiere ver más allá. Pues no.
El asunto es muy sencillo: se necesitan 2.000 litros de agua para producir un kilo de aguacates. Una cifra que –según explica The Guardian citando datos de Water Footprint Network- es cuatro veces lo que necesitan las naranjas y 10 veces los tomates.
Si se combinan esas necesidades hídricas con una zona seca es fácil adivinar las consecuencias: hay agua para las rentables plantaciones de aguacates, pero no para la población de esta provincia que ve como muchos productores se apropian de forma ilegal del agua de ríos y acuíferos naturales.