Miles de millones de personas se preparan este viernes para festejar unas fiestas de Navidad nuevamente ensombrecidas por la pandemia de coronavirus, cuya variante ómicron ha provocado nuevas restricciones que afectan los reencuentros familiares.
Por segundo año consecutivo, cuando las vacunas parecían ofrecer un horizonte algo más esperanzador, el repunte de contagios lanzó un jarro de agua fría para las celebraciones de Sídney a Sevilla.
En Belén, lugar de nacimiento de Jesús según la tradición cristiana, el sector hotelero que esperaba la llegada de turistas está decepcionado. Tras un confinamiento casi total hace un año, Israel volvió a cerrar sus fronteras.
Los scouts, con sus boinas con pompón en la cabeza, efectuaron su tradicional desfile en el casco histórico, bajo un cielo cubierto y el frío matinal. El sonido de los tambores y las gaitas trajo un poco de alegría a la plaza del Pesebre, junto a la Basílica de la Natividad.