El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, destaca en su tradicional discurso de Navidad la solidaridad de los ciudadanos en la pandemia que ha puesto de manifiesto la fragilidad del ser humano, al tiempo que anima a recibir con optimismo el nuevo año.
“La pandemia nos ha recordado lo vulnerables que somos, la fragilidad de aquello que llamamos ‘vida normal’. Pero también nos ha enseñado otra cosa: lo fuertes que somos cuando nos prestamos atención y estamos los unos para los otros”, dice en su mensaje, que será transmitido por televisión el día de Navidad.
Subraya que aquellos que ignoran el peligro del virus son con frecuencia “particularmente escandalosos”, pero que “los sensatos son la mayoría” y son lo que contribuyen a proteger vidas y a que la crisis pueda ser superada.
“Actuemos unidos, en nuestro país, en Europa, con un nuevo gobierno al otro lado del Atlántico, también a nivel global. Y siempre con una mirada hacia aquellos en otras partes del mundo que nacen con muchas menos oportunidades”, apela.
Steinmeier recuerda asimismo a todas las personas que en estos momentos están luchando en las ucis contra el virus, a sus familias, a aquellos que han perdido la batalla contra la enfermedad, de los cuales “muchos han muerto amargamente en soledad”, a los que se recuperan con dificultad de las consecuencias de la infección.
Al mismo tiempo agradece a todos los que en la lucha contra el virus están en primera fila, “que trabajan hasta la extenuación y ponen en riesgo su propia salud”, desde médicos a enfermeros, desde profesores a científicos, y también los conductores de autobús.
Alemania es “un país fuerte” porque tanta gente está para los demás y porque “conjuntamente soportamos las cargas de la crisis”, porque el Estado ayuda a los que se encuentran en dificultades económicas y las personas apoyan “al comercio de la esquina, a la escuela de música, a la asociación deportiva” y “realizan un trabajo extraordinario de manera voluntaria”, aplaude.
