Nadie en Washington entiende el poder, cómo ganarlo, conservarlo y ejercerlo, mejor que Nancy Pelosi y Mitch McConnell.
Ahora los dos gigantes de Capitol Hill se tienen en la mira, mientras los demócratas y los republicanos disputan los términos de un juicio en el Senado del presidente Donald Trump.
La negativa del orador a transmitir de inmediato los artículos de juicio político aprobados por la Cámara al Senado ha desencadenado un raro juego de poder directo con el líder de la mayoría del Senado, enfrentando a dos de las figuras del Congreso más fuertes de la historia estadounidense en una batalla que probablemente no se enfríe. un receso de invierno en Capitol Hill.
«Seguimos en un punto muerto en esta logística», dijo McConnell en el piso del Senado después de una reunión con el líder de la minoría del Senado Chuck Schumer y momentos antes de cerrar informalmente la cámara durante las próximas dos semanas.
El jueves anterior, McConnell había golpeado a Pelosi, sugiriendo que su decisión de aferrarse a los artículos, aparentemente diseñados para ofrecer influencia a Schumer en la negociación sobre la forma de un juicio, mostró debilidad.
«El presidente Pelosi sugirió que los demócratas de la Cámara de Representantes pueden tener demasiado miedo, demasiado miedo de incluso transmitir su producto de mala calidad al Senado», dijo el republicano de Kentucky, con una interpretación políticamente astuta pero muy selectiva de la posición demócrata.
La respuesta del demócrata de California, criado en una familia de Baltimore con orientación política, fue mordaz y aparentemente premeditada.
«Escuché algo de lo que dijo Mitch McConnell hoy, y me recordó que nuestros fundadores … cuando escribieron la Constitución, sospecharon que podría haber un presidente rebelde», dijo Pelosi.
Agregó: «No creo que sospecharan que podríamos tener un presidente y un líder rebelde en el Senado al mismo tiempo».
El choque se produjo cuando las conversaciones entre McConnell y Schumer, un demócrata de Nueva York, llegaron a un punto muerto por la forma del juicio, dejando la batalla de destitución caótica en animación suspendida entre las dos cámaras mientras los legisladores se vaciaban del Capitolio por un feriado de dos semanas. descanso.
Hay un argumento de que Pelosi y McConnell, opuestos ideológicos pero dueños de sus respectivas guaridas políticas, son los líderes políticos más importantes en un período que abarcó las presidencias de George W. Bush, Barack Obama y Trump.
Pelosi, la mujer de más alto rango en la historia del gobierno de EE. UU., Ganó un discurso en 2006 y luego lo usó para aprobar Obamacare, la legislación social más amplia en décadas. Pagó con su mayoría, pero recuperó su mazo en otro triunfo electoral de mitad de período ayudado por un impopular comandante en jefe republicano y, de mala gana, destituyó a un presidente.
McConnell ha sido una roca de estabilidad en la salvaje época de Trump, navegando por las olas de un presidente desenfrenado e indisciplinado que contrasta bruscamente con su lánguida manipulación de las palancas del poder. Ha construido metódicamente el cuadro de jueces federales más conservador de la historia. Su anterior movimiento de poder despiadado al negarse a confirmar que Merrick Garland eligió a la Corte Suprema de Obama indignó a sus enemigos. Pero resultó ser uno de los juegos de azar más importantes de Washington en décadas, ya que la tectónica política se realineó y McConnell consagró una sólida mayoría conservadora en la banca superior de la nación.
Pelosi también sabe un poco sobre enfrentar a los presidentes. Sin rodeos, le dijo a Trump que no se presentara a su discurso del Estado de la Unión a principios de este año durante un cierre del gobierno. Incluso antes de reclamar la silla del orador, reprendió a Trump en la televisión en la Oficina Oval, lo que refleja la forma en que se ha convertido en una de las pocas jugadoras de Washington en superar regularmente al presidente.
Pelosi y McConnell van cara a cara
Tanto Pelosi como McConnell tienen una comprensión casi sobrenatural de las fuerzas políticas que trabajan en sus comités. Ambos consideran sus movimientos con cuidado, pero pueden ser francos y hacer noticias. Raramente cometen errores. Ambos veneran las cámaras que dirigen. Y recientemente, cada uno ha comenzado a disparar más comentarios mordaces en Statutory Hall.
En agosto, frustrado por la decisión de McConnell de bloquear la legislación de interferencia electoral y por los proyectos de ley de la Cámara que mueren en su escritorio, el orador tomó prestado un insulto con el tema de Rusia que anteriormente había ofendido a la mayoría cuando era usado por expertos.
«Moscow Mitch dice que él es el ‘Grim Reaper'», dijo Pelosi en ese momento. «Imagina describirte a ti mismo como el ‘Grim Reaper’, que va a enterrar toda esta legislación».
McConnell, cuyo apodo «Reaper» hace referencia en parte a la legislación aprobada por la Cámara que se le permitió acumular en su puerta durante el año, también parece haber condenado a Pelosi con elogios débiles y usarla como un papel útil – en inmigración, por ejemplo: mientras intenta demostrar que está completamente en línea con Trump y la base republicana en temas clave.
«La nueva presidenta de la Cámara, la distinguida congresista de San Francisco, decidió que oponerse al presidente Trump antecede a la seguridad de nuestras fronteras», dijo McConnell en un discurso en el Senado el 14 de enero.
Después de que la Cámara el miércoles convirtió a Trump en el tercer presidente acusado, Pelosi dijo que estaba esperando para garantizar que el Partido Republicano celebre un juicio justo en el Senado a principios del próximo año.
El jueves retrocedió ante la demanda de testigos, pero, sin embargo, la Cámara se fue de la ciudad sin entregar los artículos , lo que significa que la pregunta persistirá durante las vacaciones.
Pelosi puede no tener mucha influencia. McConnell, como la propia oradora, no es una persona para bajar. Y la idea de que el Senado podría permitirse ser forzado a dar un paso por lo que muchos de sus titulares ven como decididamente la cámara junior parece poco probable.
La medida de Pelosi puede mejorar marginalmente la posición negociadora de Schumer sobre los arreglos para el juicio. Pero puede estar jugando un juego mental con otro de sus adversarios, el propio presidente.
Ahora mantiene a Trump, que está ansioso por un juicio rápido y la absolución de que él puede calificar de absolución, preocupado por la totalidad de su descanso estacional en Florida.
El presidente ya parece agitado.
Según un importante aliado del Senado, Lindsey Graham, de Carolina del Sur, el comandante en jefe preguntó el jueves: «¿Qué están haciendo?»
Graham dijo que respondió: «‘Señor presidente, no lo sé’. «
Esa noche, el presidente tuiteó : «Entonces, después de que los demócratas no me dieron el debido proceso en la Cámara, ni abogados, ni testigos, ni nada, ahora quieren decirle al Senado cómo llevar a cabo su juicio. En realidad, no tienen pruebas de cualquier cosa, nunca aparecerán. Quieren salir. ¡Quiero un juicio inmediato! «
Danny Weiss, ex jefe de gabinete de Pelosi, dijo que retrasar el envío de los artículos de juicio político le dio al orador más tiempo para considerar a quién quería nombrar como gerentes de juicio político que presentarán el caso de la Cámara en el juicio del Senado.
Y una pausa permite advertencias de McConnell y Graham de que no servirán como jurados imparciales para crear una reacción política, dijo.
«Al retrasarse, está dando un poco más de tiempo para que el público y otros examinen cómo debería ser ese proceso», dijo Weiss a Brooke Baldwin de CNN.
Pero al igual que lo hizo durante la investigación de juicio político en sí, Pelosi debe ser consciente del impacto de prolongar el proceso en los demócratas de la Cámara vulnerables que enfrentan duras carreras de reelección en los distritos donde Trump ganó a lo grande en 2016.
Una de esas legisladoras, la representante Elissa Slotkin de Michigan, dijo el jueves a Manu Raju de CNN que «parece razonable» pedir un proceso justo en el Senado pero que «no puede prolongarse para siempre».
La Cámara se disolvió durante las vacaciones después de un año tumultuoso sin votar sobre nombrar gerentes de juicio político el jueves por la noche. Eso significa que el tema de los artículos estancados seguramente se suspenderá durante las vacaciones.
