Un millón de rublos, el equivalente de unos 20.000 dólares -una suma nada desdeñable para un humilde profesor de escuela en Rusia- han sido donados a un orfanato local por un jubilado de la región rusa de Komi.
Al llegar a los 85 años, Evgueni Vasílievich Popov, con 40 años de antigüedad laboral y sin familia, encontró a quienes necesitaban ese dinero más que él.
Popov quiso hacer el gesto anónimamente y seguir siendo un benefactor desconocido, sin embargo, los empleados del orfanato consiguieron localizarlo para darle las gracias. «Una silla desvencijada, una estufa en mal estado y un viejo receptor de radio es apenas toda la riqueza del millonario filántropo», contaron estos al medio.
El hombre nunca se casó. Inicialmente empezó ahorrar para comprar una nueva casa, pero siguió haciéndolo «por costumbre». Cuando acumuló una cantidad importante, decidió hacer la obra benéfica. «Me di cuenta que el orfanato necesitaba ese dinero más que yo», explicó.
