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    Muro fronterizo pone en peligro Parque Nacional y Vida Silvestre

    Un parque estatal de Texas, podría verse obligado a cerrar sus puertas si se construye el muro fronterizo propuesto por el presidente Donald Trump, a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos.  Científicos y ecologistas han advertido en varias ocasiones que el muro seria perjudicial para la vida silvestre y la biodiversidad.

    El Departamento de Parques y Vida Silvestre de Texas (TWPD por sus siglas en ingles), está instando a la agencia a considerar alternativas menos impactantes a un muro dentro del Parque Estatal Bentsen-Rio Grande Valley.

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    En un memorando de octubre del 2017 adjunto con una carta enviada por el director ejecutivo del TWPD, Carter Smith a Paul Enríquez, jefe de la división de bienes raíces y medio ambiente de la Patrulla Fronteriza, dice que el muro disuadiría a los visitantes y que “es probable que dejen de acampar durante la noche y de ver la vida silvestre durante la noche”.

    Tras una solicitud de la Patrulla Fronteriza, pidiendo a los parques estatales que evalúen los planos de la construcción dentro de 30 días, la carta enfatiza lo que funcionarios de los parques ya han manifestado anteriormente, que el muro podría ser una amenaza para la vida silvestre, potencialmente devastadores espacios naturales y delicados.

    Según el memorando, la presencia del muro pondría en duda si TPWD podría continuar operando de manera segura la propiedad como parque estatal y por lo tanto posiblemente causando que el sitio vuelva a los herederos originales de los otorgantes, ya que el terreno fue vendidos con la condición de que sea utilizado “exclusivamente para fines de parques públicos”.

    El parque ubicando al sur de Texas, cerca de la ciudad de Mission y aproximadamente  una hora del centro más grande de Brownsville, el parque sirve como sede del World Birding Center.  La observación de aves y la observación de mariposas son grandes atractivos que miles de personas visitan anualmente, y también aprovechan para caminar, acampar, hacer picnics y montar en bicicleta.

    Smith le dijo a un medio que la pared “bifurcaría el parque” lo que significa que la sede central y el centro de visitantes estarían al norte del muro fronterizo y que el resto del parque que el público usaría estaría en el lado sur del muro.

    Aunque es demasiado pronto para saber algo con certeza, Smith dijo que los funcionarios del parque han presionado a la Patrulla Fronteriza para que considere otras opciones.  Idealmente que no haya ninguna estructura y que el gobierno invierta en seguridad adicional y otras alternativas no fascias.

    Los ambientalistas y expertos en vida salvaje han sonado desde hace tiempo la alarma del muro fronterizo previsto del presidente.

    Según un informe publicado en abril por el grupo sin fines de lucro “Defenders of Wildlife”, el muro representa una amenaza extrema para las comunidades humanas y los hábitats además de la vida silvestre y la conservación general.

    El informe destaca cinco áreas específicas de conservación a lo largo de la frontera, incluyendo el Valle Rio Grande bajo, donde se encuentra el parque estatal Bentsen-Rio Grande Valley.

    Las protestas por la construcción de la pared fronteriza ya han protegido un área.  El Refugio de Vida Silvestre de Santa Ana, es el hogar de por lo menos 400 especies de aves y 450 especies de plantas, además de la mitad de las especies de mariposas que se encuentran en todo el continente.

    Los defensores del medio ambiente argumentaron que el muro prácticamente destruiría esta área delicada, lo que provocó que el congreso perdiera el refugio de vida silvestre incluso cuando ose habían aprobado fondos destinados a la construcción del muro a lo largo de la frontera.

    Como compromiso para proteger el refugio, el congreso permitió la construcción de barreras alrededor del lugar que a su vez amenaza áreas como el Centro Nacional de Mariposas que colinda con el Parque estatal Bentsen-Rio Grande Valley.

    Con base a los planes actuales, 33 millas de barreras se extenderán alrededor del refugio, creando unos 6,500 acres de “tierra de nadie”, lo que solo agravara los impactos ambientas que plantea el muro.

    Expertos dicen que además de aislar a las personas de la naturaleza cuando se produzcan induraciones en el Rio Grande, la vida silvestre quedara atrapada.

     

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