Tras la reanudación del tratado de extradición entre Honduras y Estados Unidos, luego de haber sido denunciado en meses recientes, expertos en derecho penal internacional han destacado la importancia de las salvaguardas incluidas en el acuerdo para proteger los derechos humanos y garantizar un proceso justo y equitativo.
El abogado Germán Licona explicó que estas salvaguardas están diseñadas para evitar que las personas extraditadas enfrenten procesos que contravengan sus derechos fundamentales. «No obstante, reconocemos que hay algunas salvaguardas que el Estado de Honduras tuvo que sacar a luz en relación a temas de Derechos Humanos, en temas que tiene que ver con el principio de reciprocidad, para que cuando las solicitudes se hagan de parte de Honduras, que sea el estado requiriente, también tengan la misma dinámica, tengan la misma celeridad tal como lo hacemos aquí en el país», señaló Licona.
Sin embargo, el abogado advirtió que, de haberse mantenido la reserva o suspensión del tratado, Honduras se podría haber convertido en un paraíso para narcotraficantes, con graves repercusiones en temas de migración, comercio y seguridad.
Licona enfatizó que las salvaguardas son necesarias, pues son mecanismos diplomáticos que se utilizan en los tratados para evitar debilidades e indiferencias a lo que el mismo tratado establece por parte de los países contratantes.
Por su parte, Nilia Ramos, ex fiscal y experta en derecho penal internacional, destacó que las salvaguardas incluyen un monitoreo continuo de las condiciones de los extraditados y la intervención de organismos internacionales en caso de que se detecten irregularidades. «También señala que con la implementación de esas medidas Honduras busca evitar situaciones que puedan generar críticas sobre la legalidad del tratado, mientras mantiene una cooperación fluida con Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado y el narcotráfico», explicó Ramos.
La ex fiscal consideró que la decisión de la presidenta Xiomara Castro de continuar con el tratado era lo que debió hacer desde un inicio, pues es una obligación para Honduras colaborar con Estados Unidos en la lucha contra el crimen. «En qué nos le ayudamos nosotros a Estados Unidos, en qué le servimos nosotros a Estados Unidos, es Estados Unidos que nos sirve a nosotros. Entonces esta era una obligación meramente de la Presidente de la República, tomar la decisión de que el tratado de tradición siguiera. ¿Por qué? Porque este era un clamor popular, era un clamor de la ciudadanía hondureña, que la Presidenta reflexionara, rectificara y siguiéramos con el tratado de tradición», añadió Ramos.
Los expertos coinciden en que estas salvaguardas no solo protegen los derechos humanos, sino que también ofrecen ventajas estratégicas para el país. Asegurar una extradición bajo condiciones justas puede mejorar la imagen de Honduras en la comunidad internacional, fortaleciendo la confianza en el sistema judicial y facilitando futuras colaboraciones en temas de seguridad. Además, la continuidad de este tratado refuerza la lucha contra el crimen transnacional, uno de los principales problemas que enfrenta Honduras hoy en día.