Los efectos del consumo de bebidas alcohólicas que interfieren con los procesos cognitivos persisten en el organismo aun al día siguiente, cuando el alcohol ya no se encuentra en la corriente sanguínea, sugiere un estudio realizado por la Universidad de Bath (Reino Unido).
Los investigadores señalan las importantes implicancias de estos resultados para el cumplimientos de tareas y trabajos que requieren estar sobrio, como por ejemplo conducir, ya que los efectos del alcohol pueden ocasionar déficit de atención y memoria y reducir las funciones psicomotoras —tales como la coordinación y la velocidad— aun cuando una persona cree haber esperado suficiente tiempo tras su ingesta.
En vistas a estos datos, las políticas de muchos empleadores que prohíben a los trabajadores encontrarse en estado de intoxicación alcohólica en el espacio laboral podrían ser insuficientes, ya que pierden de vista los efectos del alcohol al día siguiente de su ingesta, advierten los expertos.